martes, 13 de marzo de 2012

Just 2 seconds more


Te hago el amor cada noche.
Con cada hombre.
Y a veces escribo poemas para ti.
Para ser sincera,
a estas alturas no me voy a andar con rodeos,
no sé si le escribo a Carlos o a Óscar
-y qué más da que nunca los haya nombrado
en lo que considero mis más oscuros relatos-.
Supongo que a ambos,
el amor por ambos se ha difuminado
y ya no sé cual de los recuerdos me pone triste.

No me malinterpreteis,
soy feliz.
A veces.
Y a veces me pierdo en la distancia,
en esa oscura perspectiva que nos proporciona la melancolía.
De uno, recuerdo unos ojos color chocolate donde perderte,
la respiración, el corazón.
Del otro los lunares, del que me enamoré,
los consejos, las mentiras.

Y ya os digo, sonrío cada día por lo que tengo.
Un amor apacible, donde descansar el resto de mis dias,
sintiéndome segura y amada,
y amando yo también.
Los dos a la vez,
al mismo tiempo, en sintonía.
Tengo sus preciosos ojos,
que en nada se parecen a los vuestros,
donde perderme calidamente.
Su pecho,
donde me apoyo durante horas
y me dejo dormir escuchado su ritmo.

Pero a veces, sólo a veces,
por cuestiones hormonales,
de cambios lunares
o de cosas a medias,
me sigo perdiendo en los recuerdos
y preguntándome qué podría haber ourrido
si nos hubieran dado dos segundos más.