jueves, 12 de febrero de 2015

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Hay tres momentos que no olvidaré nunca:

Cuando me dejaste en mi casa
y me dijiste “bonita” por primera vez.

Cuando me besaste los hombros,
te dije que pararas y no lo hiciste.

Cuando me dijiste que tus sábanas olían a mi.

Tampoco olvidaré tu sonrisa,

pero eso es de otros versos.