martes, 1 de junio de 2010

El destino y otros melodramas

Espero que el destino apacigüe mi alma,

porque la soledad no le sienta bien a mis dieciocho.

Pensar que fui

y ya no seré más tu destino,

me parte el corazón.


Sigo escribiendo como con catorce,

odiando la pluma como con trece,

y llorando como con doce.

Pero si sólo puedo escribir estando ausente,

que se apodere de mi la vida

y me rompa tantas veces quiera.


Aunque odio parar el tiempo

con tu ausencia,

me vale más el recuerdo melancólico,

que la nostalgia inoportuna.


Ya no escribo versos con fortuna,

me han negado el llanto,

y si me ves mal espero que me perdones,

porque no puedo perdonarme a mi misma.

No hay comentarios: