El
parque nos esperaba como siempre,
con
sus hojas vibrando por nosotros.
El
árbol esperaba nuestra llegada
para
saber si seguíamos besándonos.
El
banco esperaba a ver si escribíamos algo más.
Y yo
espero que sigas pensando en mi.
Cuando
te encuentras con una botella a solas,
y un
paquete de tabaco,
te das
cuenta del problema.
Del
problema de estar lejos.
Del
problema de estar sola.
De no
poder hablar,
y
contar solo la verdad a medias.
Cuéntame,
¿cómo te han ido estos años?
Cuéntame
si me anhelaste.
Y nos
vemos ante una amiga de vino blanco,
observándonos,
calibrándonos.
Decidiendo
si somos buenos el uno para el otro.
Repaso
mi vida,
con
pequeñas trazas de amargura y me pregunto
¿de
qué me arrepiento?
Y me
pregunto
¿sigo
esperando?
No sé cómo
será tu vida,
si
eres feliz o, quizá,
te
sientes delante de una botella
como
hago cada noche,
esperando
ver tu cara entre mis lágrimas.
Y
todos se reirán de nosotros,
pero
nosotros lo haremos a solas
porque
ninguno se ha sentido así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario