sábado, 23 de noviembre de 2013

Un dia me perdí y dejé de ser yo.
Hubo un día en el que la melancolía me inundó.
Y dejé de ser yo.
Erase un día en el que todo dejó de funcionar a mi alrededor
y dio igual que fuera, y dio igual quien fuera.
La parsimonia, el ir de copa en copa,
de cama en cama.
Hasta eso me aburrió.
Y estoy –y estaba-
tirada en un sofá, con quien sabe cuántas botellas,
con quien sabe cuántos cigarros.
Hubo un día en el que dejé de ser yo.
Me convertí en la furcia barata
que te añora en los ratos que tiene para pensar.
Perdóname, no son muchos.
Perdóname, no pienso en ti mucho.
Demasiado, diría.
Y con una estela, de ese aliento que odias.
Sabes que no tanto, te informo.

Hoy  muero, hoy mueres.

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