Fingir cada día que soy otra persona
es demasiado complicado.
Fingir las sonrisas en el momento adecuado,
es demasiado complicado.
Y vosotros, astutos diablos,
Sólo presionáis mi alma,
a mi alter ego, para ser otra.
Rendirme a la seducción más sencilla
¿qué quedaría de mi,
entonces?
Si no un gran cúmulo de huesos,
músculos y vísceras,
sin sentido propio y sin dolor ni pena.
También sin alegría.
¿Qué sería de mi
si fingiese cada día?
Pero eso es demasiado complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario