martes, 1 de junio de 2010

Demasiado complicado

Fingir cada día que soy otra persona

es demasiado complicado.

Fingir las sonrisas en el momento adecuado,

es demasiado complicado.

Y vosotros, astutos diablos,

Sólo presionáis mi alma,

a mi alter ego, para ser otra.

Rendirme a la seducción más sencilla

¿qué quedaría de mi,

entonces?

Si no un gran cúmulo de huesos,

músculos y vísceras,

sin sentido propio y sin dolor ni pena.

También sin alegría.

¿Qué sería de mi

si fingiese cada día?

Pero eso es demasiado complicado.

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